bautismo en el nombre de jesus No hay más de un misterio
bautismo en el nombre de jesus No hay más de un misterio
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Es una oración en la que reconocemos y admitimos nuestros pecados delante de Dios, buscando Su perdón y purificación. 1 Juan 1:9 nos dice: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y exacto para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad».
El bautismo en agua también tiene un importante papel en la unidad de la Certidumbre cristiana. A través del bautismo, los creyentes se unen en su identificación con Cristo y en su compromiso de seguir sus conocimiento. El bautismo es un acto que trasciende las diferencias denominacionales o teológicas, y une a todos los creyentes en una conexión espiritual y una proclamación común de fe.
Este acto no solo es un mandato de Jesús para sus seguidores, sino que incluso es una explicación pública de Seguridad y compromiso con Cristo. El bautismo en agua es un evidencia visible de la transformación interna que ha ocurrido en el corazón del creyente.
A través de la confesión de pecados, el creyente reconoce su indigencia de redención y perdón, y se prepara espiritualmente para recibir el bautismo como un acto de obediencia y Certeza. La confesión de pecados en el bautismo es un recordatorio de la Humor y misericordia de Dios, y un declaración de la transformación que ha tenido lado en la vida del creyente.
En esos momentos, la oración se convierte en un ancla que nos sostiene y nos fortalece, recordándonos que podemos confiar en Dios sin importar las circunstancias.
En primer lado, la oración de actividad de gracias nos ayuda a sustentar una perspectiva de agradecimiento en medio de nuestras circunstancias. A menudo, estamos tan enfocados en nuestras deyección y preocupaciones que olvidamos cuánto hemos sido bendecidos.
II de Juan 9: “Cualquiera que se extravía y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo ese si tiene al Padre y al Hijo.”
Si el primer paso de la oración se trata de reconocer la santidad y la cielo de nuestro Dios, el segundo paso se alcahuetería de confesar nuestra pecaminosidad y bajeza a causa del pecado.
Antaño de ser falsificado, es fundamental que el creyente haya hecho una confesión genuina de sus pecados y haya aceptado a Cristo como su Señor y Salvador. La confesión de pecados es un paso crucial en el proceso de conversión y arrepentimiento, y es un requisito previo al bautismo en agua.
El bautismo en agua ilustra todavía la pureza espiritual que experimentamos cuando somos salvos; Ganadorí como el agua limpia la carne, de igual guisa el Espíritu Santo purifica nuestros corazones cuando confiamos en Cristo.
La Biblia enseña que la salvación es un regalo de Dios que se recibe por fe en Cristo, y que el bautismo en agua es una expresión externa de esa Seguridad. El bautismo en agua no salva, pero es una manifestación pública de la salvación que no obstante ha tenido sitio en el corazón del creyente.
Según el Antiguo Testamento el que no se circuncidaba no Cuadro parte del pueblo de Israel; en el Nuevo Testamento el que no se bautiza en el nombre de Jesús no puede ser parte de la IGLESIA, porque es por el bautismo que tenemos perdón de pecados para ser SALVOS y entrar en el Reino de los Cielos; de lo contrario será inalcanzable según, Cataclismo: 21: 27 “No entrara en ella (EL CIELO) ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira…”.
Estos versículos y ejemplos bíblicos son más que suficientes para entender; que el bautismo en agua es en el NOMBRE DE JESUS, y que este bautismo es el cumplimiento del mandamiento de Mateo: 28: 19, poliedro por Jesús a sus APOSTOLES.
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